En 1980, Nancy G. Brinker hizo la promesa a su hermana moribunda, Susan, de hacer todo lo posible para poner fin al cáncer de mama para siempre. En 1982, esa promesa se convirtió en la organización Susan G. Komen^® y el comienzo de un movimiento global. Lo que comenzó con $200 y una caja de zapatos llena de posibles nombres de donantes ahora se ha convertido en la fuente de financiamiento sin fines de lucro más grande del mundo para la lucha contra el cáncer de mama. Hasta la fecha, hemos invertido casi $3.6 mil millones en investigaciones innovadoras, divulgación de salud comunitaria, defensa y programas en más de 60 países. Nuestros esfuerzos han ayudado a reducir las muertes por cáncer de mama en un 43 por ciento desde 1989 y no nos detendremos hasta que nuestra promesa se cumpla.